Leí con atención a algunos compañeros columnistas de otros medios sobre la posibilidad de que Blanca Alcalá fuera la posible candidata a la gubernatura del Estado y lo primero que se me vino a la mente es que ha hecho de Puebla la ciudad más segura de América si no es que del mundo, en cuestiones de tránsito y vialidad.
Lo lamentable para la Sra. Alcalá es que esto no es para nada positivo y lejos de que este hecho la haga contendiente, bien puede costarle incluso su carrera política, déjeme le explico: Puebla se ha convertido en una ciudad donde han disminuido los accidentes de tránsito y las infracciones por exceso de velocidad, pero no debido a la eficiencia y eficacia de la seguridad pública y de tránsito, si no debido a la cantidad innumerable de hoyos, baches y supertrampas viales que se han generado en el pavimento de nuestra ciudad. Motivo por el cual, la mayoría de los autos normales, circulan a no más de 40 km por hora y a esa velocidad todo se vuelve muy seguro.
Habría que analizar qué opinan los ciudadanos (estoy seguro que sumamos miles en una ciudad de millones) , que hemos perdido llantas, rines, partes de suspensión y hasta de motor al caer en una de estas supertrampas.
Tener la osadía de circular sobre nuestras avenidas cuesta caro, y es paradigmático el asunto porque las calles son nuestras, las pagamos con los impuestos y es una obligación del ayuntamiento mantenerlas en buen estado, no es una obligación ciudadana aunque ya muchos se han dado a la tarea de tapar algunos de estos hoyos con recursos propios.
Conste que dije obligación, luego entonces, si el ayuntamiento no cumple sus obligaciones y el mando del ayuntamento recae en manos de la Sra. Blanca Alcalá, entonces también podemos decir que la Sra. Alcalá no cumple sus obligaciones.
Habría que decirle al Diputado Jorge Estefan Chidiac que, lejos de recomendarle a la señora presidenta que se perfile como candidata y ventile públicamente sus aspiraciones, mejor le recomiende revisar sus promesas de campaña como presidenta municipal, que revise también su programa de bacheo, que si quiere ser candidata y ganar adeptos de verdad, invente un programa para que nos ayuden a recuperar algo de los miles de pesos que hemos perdido en reparación de nuestros vehículos por culpa de los baches; en una crisis económica que impacta directamente nuestro poder adquisitivo, la mayoría de los habitantes de la ciudad agradecería una política como esta y le darían su voto a Alcalá, de otra forma, será mejor que olvide su candidatura.
Ella puede decir a su favor muchas cosas: Que tres años no son suficientes para re-bachear toda la ciudad, que la culpa la tienen los ayuntamientos anteriores incluyendo el del actual gobernador que no hicieron nada y que el problema entonces no es nuevo, que ella ha ocupado los dineros en poner bien bonito el primer cuadro de la ciudad pero que los demás cuadros no le importan al turismo, que los ambulantes tienen la culpa y que Jorge Estefan no le dijo que hiciera eso tons, ni modo.
No creo que las encuestas de verdad favorezcan a la Sra. Presidenta, habría que encuestar a aquellos y aquellas familias que hemos perdido tiempo y dinero y que de verdad nos indignamos cada vez que nuestro auto golpea un bache y que además lo comentan por todas partes, habría que pensar entonces, en que la mayoría de estas personas no han tomado en cuenta que la verdadera razón de que las calles estén en tan mal estado, es que la presidenta del municipio considera que los baches no son importantes mientras no estén en el primer cuadro de la ciudad pero, una vez que tomen conciencia, no creo que nadie la quiera como candidata. Aún le queda tiempo en el gobierno municipal pero son tantos los baches que dudo mucho que les alcance para cubrirlos todos. Y ni siquiera una disculpa nos dan, o una explicación como mínimo de porqué nadie hace nada en el ayuntamiento.
Ni hablar, Chidiac y los asesores de Alcalá, tendrán que platicarles a sus nietos la anécdota de cómo una presidenta municipal perdió la oportunidad de ser candidata a gobernadora por culpa de unos baches.
Mención aparte merecen los agentes de vialidad, la policía como la conocemos normalmente, ya que he sido testigo en varios casos, de policías y agentes de tránsito que son solidarios, amables, que ayudan y se prestan a servir como apoyo a los ciudadanos que nos hemos visto con las llantas rotas a altas horas de la noche. Mi respeto y reconocimiento a esos elementos que tiene vocación de servicio aún cuando las mordidas les hayan disminuido ya que nadie se atreve ya a exceder los límites de velocidad en nuestra ciudad.
José Marún Ibarra
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