lunes, 21 de septiembre de 2009

Balance Financiero.

Mientras el ayuntamiento de Puebla está decidido a contraer más deuda por 270 millones de pesos para hacer una obra que no se justifica como el segundo piso en el bulevar Atlixco, varios de los proveedores externan su molestia porque llevan años sin cobrar por obras terminadas o servicios prestados a la Comuna.

El pasivo de la actual administración es elevado. Hasta el 31 de agosto de este año, la deuda total es de 980 millones 310 mil 984.94 pesos.

Los proveedores y contratistas afirman que sus facturas fueron aprobadas; el servicio o la obra estaban contemplados por la actual administración y se asignó el recurso; sin embargo, es la hora que nadie se hace responsable del adeudo. Prácticamente los traen a la vuelta y vuelta.
En el caso de proveedores y contratistas, la actual administración de Alcalá les debe 354 millones 692 mil 045.9 pesos.

Pero también se arrastra un adeudo de ejercicios anteriores por 310 millones 092 mil 051.81 pesos; además de otra cantidad por retenciones o de acreedores diversos.

En total el pasivo que tiene la a tesorería municipal es de 399 millones 509 mil 097.62 pesos.
Cantidad que se suma a la deuda a largo plazo con el Banco Interacciones por 580 millones 801 mil 887.22 pesos.

De ahí los casi mil millones que arrastra de deuda el ayuntamiento de Puebla.

Proveedores y contratistas no se explican la razón del atraso en sus pagos por la administración de Alcalá Ruiz, si ésta cuenta con dinero para cubrir el adeudo.

Varias de las facturas son desde hace más de un año, y por ello las propias empresas tuvieron que financiar la obra municipal, o bien cubrieron el costo de servicios y/o productos entregados al ayuntamiento.

En conjunto puede resultar una cantidad elevada, pero hay facturas que van desde los 100 mil pesos, y algunos de los acreedores son pequeña o mediana empresa, por lo que les ha resultado un verdadero problema económico.

¿Viaducto o catapulta?

Son cada vez más fuertes las voces en contra del segundo piso en el bulevar Atlixco, pues no está plenamente justificada, no se resolverá el problema de tráfico con una vialidad de sólo 1.5 kilómetros de extensión.

Lo que nos comentaron unos ingenieros es que será más una catapulta que un viaducto elevado.
Sólo por “lógica” nos dijeron, se requiere de una altura superior a los 6 metros, y como la conexión será con los carriles que vienen por debajo desde el bulevar Hermanos Serdán, el ángulo de la pendiente será mínimo de 12 grados, así que la subida de esos autos será igual a una montaña rusa.

La altura de la vialidad podría ser superior a los 9 metros para librar los cruces de la 25 y la 31 poniente.

Y cuando apenas están equilibrándose los vehículos ya tendrán que ir de bajada con una pendiente similar, listos para estrellarse y dirigirse a un embudo de tres carriles en el puente de Las Animas.

Estas apreciaciones son a priori, dicen, pero lógicas porque la extensión de la avenida será de sólo 1.5 kilómetros.

Mientras tanto, hoy lunes podría darse el entierro definitivo de la obra municipal. Se realizará un panel organizado por el Consejo de Organismos Empresariales y varios expertos en obra pública, algunos fueron funcionarios en anteriores administraciones municipales.

Estarán Sergio Vergara, Francisco Vélez Pliego, Arturo Barbosa, Nicolás López Tamayo y Federico Fresse, quienes hablarán sobre los estudios que deben realizarse para ver si es viable o no la obra, cuáles serán sus características técnicas; si realmente hay un problema de tráfico y cuál es la mejor salida, posiblemente un crucero inteligente en lugar del segundo piso.

A la reunión asistirán los directores de los organismos afiliados al COE, integrantes de la Asociación de Empresas de la Construcción y del Colegio de Arquitectos del Valle de Puebla.
Esperan que sus conclusiones sean escuchadas por Blanca Alcalá y desista de hacer la obra por antifuncional y que sólo endeudará más a la ciudad.

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